
Supongamos que tus caricias no me abandonan cuando te marchas,
Supongamos que en las noches cuando estoy tan solo me desbordo entre tus besos,
Supongamos que soy prisionero de tus fantasías, de tus más puros sueños,
Supongamos que me aceptas tal como soy, un puñado de tan poco,
Supongamos que soy aire de tu respiración, de tu amor y de tu odio,
Supongamos no me intimida el irregular afecto, que me devora la satisfacción
Y me aparto hacia lo lejos.
Supongamos que vuelves a sentir mariposas en el estómago,
Supongamos que soy yo quien aparta tus enojos,
Supongamos que una sonrisa tuya desinfecta mis defectos,
Supongamos aunque es cierto que mi vida…
Que mi vida balbucea sin tu aliento.
Supongamos que soy yo tu compañero de confianza,
Supongamos que soy yo más que otro de tus caprichos,
Supongamos que soy yo el aroma que se mese en tu jardín,
Supongamos que ante ti, soy lo que eres para mí.