Decoloración de la piel, mancha roja en la pared,
Que por cierto negra se viste como el oscuro camino a la muerte.
Veneno en un frasco, frasco maldito, frasco elegante
Que recuerda a la muerte en tiempos medievales.
Gotas de sangre sobre la alfombra,
Gotas de sangre que derrama la victima de un destino mordaz.
Satíricos alaridos de aquellos dementes,
Celebración en nombre de la agonía
Agudeza y frialdad al momento de matar.
Acido caliente y espeso,
Que sus efectos yacen entre las amígdalas y la faringe.
Espejo en trizas, testigo vidente de la crueldad de aquellas sombras,
Adolorido al no poder denunciar a tan infames criminales.
Día opaco, amanecer tardío, silencioso aliado de la maldad,
Homicida recursivo que entre el frío resguarda un dorado puñal.
Cuerdas de acero que cambian
El lugar de una guitarra por un cuello enrojecido.
Minutos espesos, minutos eternos, muerte inevitable,
Una desolada sala ausente del espíritu de vida.
Imagen borrosa de un destino inevitable,
Oxigeno faltante para dar instantes de esperanza.
Fin de una melodía dulce que retruena desde una caja de recuerdos,
Eterno callar, abono para futuras cosechas.