martes, 22 de julio de 2008

SUPONGAMOS



Supongamos que tus caricias no me abandonan cuando te marchas,
Supongamos que en las noches cuando estoy tan solo me desbordo entre tus besos,
Supongamos que soy prisionero de tus fantasías, de tus más puros sueños,
Supongamos que me aceptas tal como soy, un puñado de tan poco,
Supongamos que soy aire de tu respiración, de tu amor y de tu odio,
Supongamos no me intimida el irregular afecto, que me devora la satisfacción
Y me aparto hacia lo lejos.

Supongamos que vuelves a sentir mariposas en el estómago,
Supongamos que soy yo quien aparta tus enojos,
Supongamos que una sonrisa tuya desinfecta mis defectos,
Supongamos aunque es cierto que mi vida…
Que mi vida balbucea sin tu aliento.

Supongamos que soy yo tu compañero de confianza,
Supongamos que soy yo más que otro de tus caprichos,
Supongamos que soy yo el aroma que se mese en tu jardín,
Supongamos que ante ti, soy lo que eres para mí.

miércoles, 9 de julio de 2008

FRAGMENTO DE: "LOS NADAÍSTAS"
(Escrito x: Gonzalo Arango)


Los Nadaístas invadieron la ciudad como una peste:
de los bares saxofónicos al silencio de los libros
de los estadios olímpicos a los profilácticos
de las soledades al ruido dorado de las muchedumbres
de sur a norte
al encenderse de rosa el día
hasta el advenimiento de los neones
y más tarde la consumación de los carbones nocturnos
hasta la bilis del alba.

Va solo hacia ninguna parte
porque no hay sitio para él en el mundo
no está triste por eso
le gusta vivir porque es tonto estar muerto
o no haber nacido.
Es un nadaísta porque no puede ser otra cosa
está marcado por el dolor de esta pregunta
que sale de su boca como un vómito tibio
de color malva y emocionante pureza:
"¿Por qué hay cosas y no más bien Nada?"
Este signo de interrogación lo distingue
de otras verdades y de otros seres.

El es él como una ola es una ola lleva encima su color que lo define revolucionario
como es propia la liquidez del agua

del hombre ser mortal
del viento ser errante
del gusano arrastrarse a su agujero

de la noche ser oscura como un pensamiento
sin porvenir
Ha teñido su camisa de revolución
en los resplandores de los incendios
en el asesinato de la belleza

en el suicidio eléctrico del pensamiento

en las violaciones de las vírgenes

o simplemente en el barrio pobre de los tintoreros.